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Al mirar con rabia o desprecio a los políticos, lo que es bastante comprensible, a partir de la conciencia cotidiana actual, estamos creando, para las futuras generaciones, la exacta repetición de aquello que rechazamos y / o descalificamos en ellos. ¡El campo sagrado comienza en nuestro corazón!
Cuando podamos comprender que todo lo que está sucediendo en Brasil, y en tantos países de América Latina, son compensaciones de desordenes del pasado, que se presentan como una oportunidad de crear "reconciliación" y, así, parar con las repeticiones. Cuando podamos reconocer que los destinos son colectivos y las consecuencias individuales.
Cuando podamos comprender que cada político corrupto está al servicio de compensaciones políticas del país y, al mismo tiempo, también de sus sistemas familiares; algo puede cambiar. ¡La decisión comienza en nuestro corazón!
Al reconocer y respetar el destino difícil de aquellos que nos permiten una nueva elección para el destino de ese país, sin dejar de reconocer sus culpas ni las consecuencias de sus culpas (esas culpas también pertenecen a la dignidad de cada uno de ellos). Agradeciendo la oportunidad que este momento critico nos está dando: sea el de plantar la semilla de una futura repetición, para las próximas generaciones, o el ir al Campo Sagrado, más allá de lo cierto y errado.
Dando a ambos un lugar en mi corazón. A los indignados y a los corruptos. Inclinándonos con profundo respeto ante la cultura de ambos, ante los destinos de ambos. ¡El Campo Sagrado comienza en el corazón!
Por Claudia Boatti
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