El Gran Amor

Quiero compartir con los seguidores de Lecturas para pensar una nota del Maestro Bert Hellinger, donde diferencia el amor, del gran amor.

Mucho amor es vinculación. Es instintivo y muchas veces ciego. Con este amor ciego los hijos hacen algo por amor que perpetua una desgracia en lugar de terminar con la desgracia. Asi son los hijos. Cuando nos convertimos en adultos y nos exponemos a la multiplicidad de la realida, nos limitamos a un pequeño recorte de la realidad. En el caso de quedarnos prisioneros del amor infantil, es decir, de aquel recorte de la realidad que medianamente corresponde a la comprensión y al amor que era posible en nuestra familia, ese es el amor pequeño.
Ese amor pequeño lleva a que tomemos una cosa y excluyamos la otra, por ejemplo, otro pueblo, otra cultura, otra religión. Quedamos limitados, estrechos.

Cuando el amor crece, se expande y cada vez va incluyendo en la propia alma más de aquello que antes había sido rechazado o temido. Así uno crece más allá del amor pequeño y al final puede unir en el alma mucho de lo diferente y contradictorio: también lo malo, también la culpa, vida y muerte, salud y enfermedad, victimas y perpetradores. El todo. Más allá de ello, por así decirlo, no vivimos solamente aquí, es decir, en el presente, sino que estamos unidos con todo aquello que estuvo antes que nosotros. Es decir entonces, que no solo con los vivos, sino también con los muertos. Comparado con el reino de los vivos, el reino de los muertos es mucho más grande e interactúa sin cesar con el reino de los vivos. Estamos descansando en nuestros ancestros. En nosotros siguen en acción. Y también todo aquello que en la naturaleza perece vuelve a surgir en algo diferente y nuevo.

Cuando nos abrimos a este circuito de manera que todo lo pasado, por así decirlo, vuelve a adquirir vida en nosotros y cuando asentimos a que nosotros también perecemos y, sin embargo, al perecer seguimos en acción, somos uno en nuestro amor por todo lo que hubo antes y habrá de nosotros y, por supuesto, con todo aquí en nuestro presente.
Del libro: Circulo Cumplido pag 102. 103 Autor
Bert Hellinger