“La conciencia y los movimientos del alma”

Se logra el amor cuando este se rinde a leyes más elevadas y a un orden más elevado. Todas las tragedias surgen en el punto en el que alguien considera que con su amor puede embaucar esas leyes y órdenes y dejarlas sin efecto. Por ejemplo, cuando un hijo considera que puede salvar a sus padres haciéndose cargo del sufrimiento de ellos o expiando la culpa de ellos. De esa manera se coloca por encima de sus padres y les quita su dignidad. Es cierto que actúa por amor y que se siente en sintonía con su conciencia y, por tanto, inocente. Sin embargo, está actuando en contra de un orden mayor y debe fracasar.
La conciencia nos seduce a través de la sensación de inocencia para que vayamos más allá de los límites que se han marcado y por ese motivo, precisamente porque confiamos en ella, nos lleva a tanta desgracia y sufrimiento. Por eso recién reconocemos las leyes superiores cuando logramos alejarnos de la influencia de la conciencia lo suficiente como para que nos tome un movimiento del alma que permanece en sintonía con las leyes superiores y el orden superior.
A James lo que hemos visto contigo en la constelación fue un movimiento del alma que fue más allá de los límites de la conciencia y en un nivel más elevado encontró una solución que reconcilia a todos con todo.
-Bert Hellinger