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En los niños, muchas de las conductas que nos preocupan, con frecuencia son movimientos de amor muy profundos que quieren unir algo. Si los padres se dan cuenta que el niño por gran amor a ellos está llevando algo que los padres también por amor a su sistema no pudieron mirar y se atreven a ver qué sucedió en su familia de origen, liberan a los niños, y el sistema familiar adquiere fuerza.
Pero sobre todo, el niño no tendrá que hacer presente algo olvidado o excluido a través de su conducta o un síntoma. Los niños están atrapados hasta que sean adultos en un amor arcaico y fidelidad absoluta a sus padres vemos en el trabajo con diferentes conductas que muchos llaman difíciles, que detrás de esa conducta hay un amor oculto, las nuevas constelaciones nos ayudan a mirar a los excluidos que están mirando esos niños, no es mirar tanto a ellos sino hacia donde ellos miran.
Es muy interesante en este tiempo descubrir una segunda generación que está más abierta a ver a los niños, y son los abuelos, los abuelos tienen permiso para mirar algo que sienten que en alguna conducta de su nieto pueda mostrar algo más, los abuelos están más libres y su amor incondicional a sus nietos puede ayudar a liberarlos. Como Hellinger decía todos miran a la madre y la solución está en la abuela, es una invitación a todos los abuelos que deseen aportar ese gran amor para mirar a donde miran sus nietos, eso ayudara a liberar a los niños, mirando ellos algo o alguien excluido del sistema, en ese momento se pone en marcha un movimiento sanador que libera a la criatura, porque ahora también los demás miran hacia donde ella tiene que mirar.
-Alda Miccolis