Tenemos la idea de que somos Libres e independientes, que decidimos sobre nuestro destino, durante las constelaciones familiares salen a la luz, las fidelidades a la vida de otras personas de nuestro sistema familiar aunque nunca los hayamos conocido.
Luchamos por la libertad, pueblos enteros fueron a la guerra para conseguirla, nosotros mismos peleamos con parejas, padres hermanos, peleas que muchas veces también se transforman en una guerra, en pos de lo que creemos la libertad, sin ser conscientes estamos atados a nuestros ancestros, hubo muchos antes que nosotros y habrá más después de nosotros, esto en muchas ocasiones es difícil de entender, heredamos los dones, dificultades, aptitudes e incluso enfermedades.
Es una fantasía creer que podemos alejarnos, aunque estemos a kilómetros de distancia, aunque no conozcamos a nuestros padres biológicos, estamos hechos con las células, y mandatos de nuestro sistema familiar, pertenecemos a un sistema que fue tejiéndose a través de muchas generaciones, como una inmensa red, que nos contiene y abarca al mismo tiempo. En el momento que un hombre y una mujer se conocen y deciden formar una pareja y tener hijos se produce un encastre que nos hace pertenecer a ese linaje, y por AMOR quedamos intrincados en historias de seres que estuvieron antes que nosotros y en forma inconsciente repetimos lo que de ellos no se quiso ver ni aceptar, se busca que a ese ser que el sistema excluyo, sea mirado a través de repetir su historia.
Peleamos por la libertad, sin darnos cuenta que cuanto más luchamos contra algo, quedamos atrapados en eso.
Pondré un ejemplo: En las adicciones como el alcohol la más frecuente, u otras drogas, generalmente las personas que consumen dicen que son libres de elegir y controlar la cantidad que consumen, y sobre todo negar la adicción.
Con frecuencia en las constelaciones familiares podemos ver el desprecio a un ancestro, la persona se vuelve adicta por amor a ese miembro del sistema y la dinámica que se muestra es “Me vuelvo tan despreciable como vos”, puede ser un padre, abuelo, bisabuelo, en la mayoría de los casos fue un hombre despreciado por su mujer.
Entonces dónde se encuentra la libertad? Porque le tenemos miedo? Miedo a que?
En forma inconsciente el miedo es a dejar de pertenecer a ese sistema familiar y eso es insoportable para cualquier ser humano, porque la pertenencia es algo tan arcaico que se siente como la aniquilación de la vida.
La verdadera libertad la encontramos cuando podemos mirar a ese otro que estuvo antes que nosotros, el cual fue despreciado y asentir. Todos los que desprecian al adicto y a la adicción, le devuelven la dignidad, cuando lo miran, reconocen, honran a esa historia de adicción que también nos pertenece. Sólo entonces puede producirse la sanación y la liberación del antepasado y de aquel que sin saberlo cargaba con esa historia.
La única libertad es el asentimiento a todo como fue y como es.
-Alda Miccolis