De su pensamiento rescatamos su visión social sobre opresores y oprimidos.
Paulo Freire sostiene que los oprimidos no son cosa que se rescata, sino sujeto que se debe autoconfigurar responsablemente. Propuso una pedagogía del y para el oprimido, en la que el oprimido tuviera condiciones de descubrirse y conquistarse, reflexivamente, como sujeto de su propio destino histórico, una cultura enraizada en la riqueza de las subculturas.
La violencia de los opresores, deshumanizandolos también, no instaura otra vocación, aquella de ser menos. Como distorsión de ser más, el ser menos conduce a los oprimidos, tarde o temprano, a luchar contra quienes los minimizo. Lucha que sólo tiene sentido cuando los oprimidos, en la búsqueda por la recuperación de su humanidad que deviene una forma de crearla, no se sienten idealisticamente opresores de los opresores, si no den restauradores de la humanidad de ambos.
Ahí radica la gran tarea humana e histórica de los oprimidos: liberarse de sí mismos y liberar a los opresores. Estos, que oprimen, explotan y violentan en razón de su poder, no pueden tener en dicho poder la fuerza de liberación de los oprimidos ni de sí mismos. Solo el poder que renace de la debilidad de los oprimidos será lo suficientemente fuerte para liberar a ambos. Es por esto por lo que el poder de los opresores, cuando pretende suavizarse ante la debilidad de los oprimidos, no sólo se expresa, casi siempre, en una falsa generosidad, sino que jamás la sobrepasa.
Los opresores, falsamente generosos, tienen necesidad de que la situación de injusticia permanezca a fin de su ‘’Generosidad‘’ continúe teniendo la posibilidad de relizarse. El ‘’Orden‘’ social injusto es la fuente generadora permanente de esa ‘’generosidad‘’ que se nutre de la muerte, del desaliento y es de la miseria.
La generosidad solo entiende en la lucha para que esas manos, sean de hombres o pueblos, se extiendan cada vez menos en gestos de súplica. Súplica de humildes o poderosos. Y se vayan haciendo así cada vez más manos humanas que trabajen y transformen el mundo. Esta enseñanza y aprendizaje tienen que partir, sin embargo, de los ‘’condenados de la tierra‘’ de los oprimidos, de los desarrapados del mundo y de los que con ellos realmente se solidaricen. Luchando por la restauración de su humanidad, estarán, sean hombres o pueblos, intentando la restauración de la verdadera generosidad.
–Paulo Freire